EL CONSUELO DE LOS ESPACIOS ABIERTOS

19.00


Un testimonio audaz de cómo el paisaje en el que vivimos influye en quiénes somos.

Un testimonio audaz de cómo el paisaje en el que vivimos influye en quiénes somos.

En 1976, Gretel Ehrlich viajó desde Nueva York a Wyoming para trabajar en un documental sobre los grandes ranchos de ovejas. Estando allí, su pareja muere de cáncer y es cuando decide quedarse para hacer de ese mundo de vastos espacios y grandes soledades un refugio para su dolor.

En esta colección de breves ensayos sobre la vida rural en Wyoming, Ehrlich –quien para Amy Liptrot podría parecer la descendiente literaria de Emerson, Thoreau y John Muir– captura tanto la increíble belleza y dureza de las fuerzas naturales en esos remotos paisajes como la profundidad, la ternura y el humor de las extravagantes almas que allí viven. Tan duro como tierno, El consuelo de los espacios abiertos es, además, la historia de su propia experiencia vital, de un renacimiento conmovedor en el aliento de los espacios vírgenes: «Todo en la naturaleza nos invita continuamente a ser lo que somos», escribe.

El mundo de Ehrlich es auténtico, duro y divertido. Wyoming ha encontrado a su Whitman.

Annie Dillard

Ficha técnica

  • Páginas: 168
  • ISBN: 978-84-122831-3-6
  • Traducción: Elisa Lobato Revilla.
  • Dimensiones: 14 x 21 cm.
  • Formato: rústica con solapas.
  • Número: 24
Categoría:

Description

Supongo que el motivo inicial por el que vine a este lugar era el de «perderme» en nuevos territorios despoblados. En vez de provocar el aletargamiento que yo creía ansiar, la vida de los ranchos de ovejas me despertó. La vitalidad de la gente con la que empecé a trabajar hizo surgir en mí una frescura embriagadora. Tiré la ropa que tenía y me compré otra nueva; me corté el pelo. Esa tierra árida era una hoja en blanco. Su absoluta indiferencia me apaciguaba.